«Si bien la proliferación de programas que potencian estas iniciativas ha ayudado a las antofagastinas, aún faltan desafíos que abordar para incluirlas en emprendimientos de base tecnológica.»
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Giglia Vaccani, periodista y una de las creadora de Birs, startup antofagastina dedicada a hacer clippings automáticos e identificar palabras claves y temáticas que la gente y los medios están hablando en la red para crear informes inteligentes, asegura que para ser parte del ecosistema tecnológico se requiere muchas horas de trabajo, generación de equipo y constancia.
En su caso todo partió con tener las ganas de emprender, claridad del producto y la generación de alianzas estratégicas, que resalta, es clave en el proceso porque emprender en solitario resulta muy difícil para generar un buen escalamiento. Asimismo, confirma la visión de Nicolás Rojas, aseverando que:
«He visto solo a otra mujer que es Alejandra, que también es periodista, pero no me he cruzado con más, en general son hombres, es un entorno de mucho hombre, veo muy poca mujer en el entorno, pero no solamente en Antofagasta, en Santiago también pasa lo mismo. Es difícil porque hay que manejar herramientas, tener cierto temperamento y nosotros estamos más acostumbrados a generar equipos en la buena onda, pero a veces hay que ser más duro en la toma de decisiones rápidas para la gestión del cambio».
En esa misma línea, la fundadora de Birs, plantea que existe un desarrollo muy importante que se está dando a nivel de innovación en la región de Antofagasta, de la mano de nuevas aceleradoras de negocios que han llegado a la capital regional y una mayor participación de los privados quienes se están dando cuenta del potencial del territorio y de los emprendimientos que en el se generan. «No solamente fomentar el trabajo social, de responsabilidad social, con pequeños emprendimientos, sino que pensar en grandes innovaciones exportables que sean internacionales y están abriendo esas postulaciones, esos fondos, esos espacios y se nota mucho» concluye.